Esta declaración se enmarca en un contexto de creciente cooperación militar entre ambos países, intensificada en los últimos años. Corea del Norte ha suministrado armas, municiones y, según reportes, soldados para apoyar a Rusia en su conflicto con Ucrania. A cambio, se cree que Rusia ha proporcionado a Corea del Norte equipo de defensa aérea, misiles antiaéreos, y posiblemente apoyo económico y tecnológico.
Sin embargo, esta alianza ha sido criticada por países como Corea del Sur, Estados Unidos y Japón, que la consideran «ilegal» y una violación de las sanciones de la ONU contra Pyongyang. El grupo de monitoreo de sanciones, que incluye a estos países, ha documentado envíos masivos de municiones norcoreanas a Rusia, con estimaciones de hasta 9 millones de cartuchos de artillería y lanzacohetes en 2024.
La narrativa de «asegurar la paz» promovida por Corea del Norte contrasta con las preocupaciones de Occidente, que ve esta relación como una escalada peligrosa, especialmente tras la entrada en vigor del Tratado de Asociación Estratégica Integral en diciembre de 2024, que obliga a ambos países a brindarse asistencia militar en caso de agresión. Esto ha generado temores sobre una mayor inestabilidad regional y global, particularmente en Europa y la península coreana.
